martes, 8 de julio de 2014

IRRESPONSABILIDAD CIUDADANA Juan Francisco García

JUAN FRANCISCO GARCÍA
Hasta hace unas décadas, cuando los procesos electorales los realizada y sancionaba la Secretaría de Gobernación, es decir: El gobierno era juez y parte, no solo se entendía sino que hasta se justificaba que como una forma de protestar e inconformarse, el ciudadano “votara” por Cantinflas en las elecciones presidenciales y era recurrente sexenio tras sexenio: En lugar de cruzar la boleta para señalar al candidato de su preferencia, escribían el nombre del popular cómico mexicano.
En esos procesos electorales no había necesidad de esperar el día de las elecciones. El ganador era siempre el abanderado del PRI. Incluso, se sabía el nombre del próximo presidente de la república desde que su predecesor daba el dedazo, meses antes de ir a las urnas. Seguía el destape. Los diferentes sectores del tricolor se “pronunciaban” por el ungido. Todo era una farsa. Sólo había un gran elector: El primer mandatario en turno.
Sin embargo, en el devenir de estos años ha habido varias reformas y una de ellas es que las elecciones son ahora ciudadanizadas, es decir, que todo el proceso electoral está a cargo de ciudadanos y no del gobierno como era en el pasado. Asimismo, poco a poco se ha avanzado en la equidad y la prueba de ello es que ya hay alternancia en el poder público, por lo que se puede decir que gana quien en verdad desea la mayoría de la ciudadanía y no el candidato o candidata que propone el gobernante en turno.
Partiendo de lo anterior y las millonarias sumas de dinero que se gastan en la preparación y realización de las elecciones, es que consideremos como una irresponsabilidad ciudadana el hecho en que en las elecciones del pasado domingo tanto en Nayarit como en Coahuila, se haya repetido un fenómeno similar al voto por Cantinflas, al expresar los votantes su rechazo a los comicios para renovar alcaldías y congresos locales escribiendo en la boleta la frase de moda: “No era penal”.

Consideramos que el mensaje no es que hayamos vuelto a los tiempos del autoritarismo del PRI, sino la consecuencia de un hartazgo y desconfianza ciudadana en contra de todos los partidos políticos y sus candidatos porque todos han fallado al legar al poder, por lo que más que campañas cívicas para que el fenómeno no se repita” como propone el legislador priista Manlio Fabio Beltrones que llama a esta acción “desgano democrático”, lo que tienen que hacer los partidos políticos es, primero, proponer a ciudadanos con arraigo en la sociedad y de reconocida solvencia moral que inspiren confianza en el electorado, a los que deberán de exigir en su encargo que cumplan con lo que se comprometieron en campaña, es decir: Servir al pueblo, no servirse ellos del erario como ha sucedido hasta ahora en que llegan al cargo con una mano adelante y otra atrás, pero al término del mismo, son los nuevos ricos de su municipio, su estado y hasta del país, mientras la población se debate en la miseria y en la carencia de obra social como de servicios públicos.