domingo, 6 de julio de 2014

REPRESENTANTES POPULARES Por Juan Francisco García

Juan Francisco Gracía
Si bien es cierto que son los partidos políticos los que proponen a sus candidatos, los respaldan y  llevan al poder, cuando éstos asumen su cargo, su responsabilidad debe de ser más con el pueblo que con sus respectivos institutos políticos porque los ingresos para sostener ese lujoso tren de vida que tienen (dietas, sueldo, salario o como quieran llamarle) provienen  de los impuestos de todos nosotros que conformamos la población.
Si esto es aplicable en todos los puestos de elección popular, en el caso de los diputados y senadores es doblemente aplicable porque son “representantes populares”, es decir, representantes de todos nosotros no solamente de quienes militan o simpatizan con sus partidos políticos y en consecuencia, debieran de votar en función de los intereses del pueblo no bajo la “línea” que les marcan sus dirigentes.
Desafortunadamente esto no es entendido aún y menos comprendido por los legisladores de todos los partidos políticos, más por conveniencia que por ignorancia, al existir las bancadas o fracciones parlamentarias cuyos coordinadores cual pastores guían al rebaño en función de los intereses de los dirigentes de los institutos políticos, en lugar de votar libremente de acuerdo a lo que le conviene al pueblo.
Este vicio de nuestra degrada política y quehacer legislativo que los partidos de oposición siempre le criticaron y le siguen criticando al Partido Revolucionario Institucional lo repitió de manera descarada el Partido de la Revolución Democrática en el Senado de la República en el caso de las leyes secundarias de telecomunicaciones, al votar en bloque en contra porque así fue la orden del dirigente nacional de su partido, Jesús Zambrano.
Obviamente los senadores –lo mismo los priistas que votaron en bloque a favor a recibir esa directriz así como la “chiquillada” que hace lo que quieren los dueños de sus partidos- votan en función de lo que les ordenan sus dirigentes porque les interesa quedar bien con ellos para seguir escalando posiciones que reflexionar sobre lo que le conviene o no le conviene al pueblo, para votar a favor o en contra, respectivamente.
Ante esto, como mexicanos debemos de exigir que desaparezcan la figura del diputado y senador plurinominal porque esas “vacas sagradas” de la política nacional nunca les ha interesado el pueblo sino la defensa de los intereses de grupo y de partido. Asimismo, esperemos que con la llegada de las candidaturas independientes o ciudadanas, arriben a los recintos legislativos hombres y mujeres de pensamiento libre y con amor a su pueblo para que legislen en beneficio de la colectividad.