lunes, 8 de septiembre de 2014

¿A QUÉ HUELEN LOS LIBROS VIEJOS?

El característico olor de los libros viejos es el resultado de cientos de compuestos orgánicos volátiles (VOCs en inglés) liberados desde los pergaminos al aire. Un inconfundible olor que puede resultar muy útil para conocer el estado de conservación de volúmenes antiguos, según el artículo "On the Smell of Old Books" que publicó la revista Analytical Chemistry.
“Oliendo” los gases emitidos por 72 documentos antiguos de los siglos XIX y XX con una nueva técnica llamada “degradómica material” (material degradomics), científicos británicos y eslovenos han conseguido identificar 15 moléculas volátiles que podrían ser buenos marcadores para cuantificar a ciencia cierta el riesgo de que se degraden la celulosa, la lignina (el polímero orgánico más abundante en el mundo vegetal, que desprende olor a vainilla), la fibra de madera y otros componentes de los libros.

Esta técnica no invasiva podría ayudar a las bibliotecas y los museos a preservar una amplia gama de objetos basados en papel, algunos de los cuales se están deteriorando rápidamente debido a su avanzada edad.