domingo, 9 de noviembre de 2014

ROGELIO FAZ/HOY MARCHAMOS, MAÑANA…

Rogelio Faz/Cartas desde Chicago. En Estados Unidos el criterio político del electorado latino de habla hispana, el hispano estadounidense y el estadounidense anglosajón es diferente. Las fuentes de información hacen la diferencia.
Los de habla inglesa tienen una lista de analistas, muy extensa y experta en la materia. Escrita, televisada, radial o en la web, así sea tendenciosa. Tienen el hábito por la lectura por lo que cuentan con una amplia variedad de opciones editoriales en diarios o revistas especializadas, además de los debates políticos.
En contraste con la comunidad de habla hispana, donde las fuentes de información, por supuesto con sus excepciones, además de inmolarse es muy consecuente y por encimita. Los pocos analistas con capacidad y conscientes de su compromiso, acaban por expresar lo que el oyente quiere escuchar y no lo que necesita saber, como dice una promoción comercial de asistencia legal.
Esos pocos informadores terminan siendo absorbidos por solidaridad. Y la fuente de comunicación se convierte en una plataforma de quejas, exigencia de derechos, denuncia de injusticias y hasta de insultos, que es válido hasta cierto punto. Pero no abordan el problema migratorio en su esencia. Dejan la solución del problema a una reforma inmigratoria. Solo que ésta no resolverá la inmigración ilegal por lo tanto seguirá la separación familiar.
En las pasadas elecciones de medio término, nuestra esperanza se centró en el capital político de los hispanos ciudadanos que supuestamente definirían la contienda electoral –eso nos dijeron-. Que de las marchas se pasaría a los hechos ¡Hoy marchamos mañana votamos! ¡Los sacaremos del Congreso  a los antinmigrantes!, se decía.
El criterio y la actitud del inmigrante como tal se basa en la información que recibe. Así los que no dominamos el idioma inglés en su totalidad, sumado a la pereza por la lectura hasta en nuestro idioma, medimos los derechos a nuestro parecer.
La mayoría de la información recibida por radio y televisión es en formato de noticia. Por eso nos enteramos un par de días antes de las elecciones que los republicanos podían ganar. Un día después se supo que arrasaron. No nos alcanzó con los hispanos estadounidenses ¡diantre! Y que el voto hispano solo participó con un 8%, pero seguíamos exigiendo el 100% de una reforma.
Una de esas fuentes de información a nivel nacional más críticas es a través de Univisión Radio. Una con Fernando Espuelas (uruguayo) a favor del partido Demócrata, y la otra con Helen Aguirre Ferré (de origen nicaragüense) del lado Republicano. Espuelas constantemente acusa a los republicanos de locos, cínicos y fuera de la realidad “científica”, y de promover el odio -cuando él es un promotor de los descalificativos-. Que con risa patética aseguraba que los republicanos iban a perder el control del Congreso ¡Chuchita y sus calzones! 
Aguirre es de Miami, Florida, y es un poco más moderada que deja expresar más libremente a los radio escuchas pero le gana el lado republicano del exilio cubano.
En televisión por razones de ratings o de imagen se cuida el aspecto cosmético. Donde a nuestra estrellita Jorge Ramos con su programa Al Punto en Univisión, se le escapan muchas preguntas o remarca otras más para satisfacer a su audiencia más que por un análisis frio del problema.
Por cierto, aunque no lo crea, aquí también caben las telenovelas, al menos las que bajo ese formato se han convertido en apología del crimen, en particular las del narcotráfico perfumadito. Dizque porque es una realidad de nuestros días.
Pero si se quiere llevar a la pantalla “chica” temas de actualidad por que nos gana la gula del entretenimiento, pues tenemos el drama de la separación familiar y con mucho realismo. Como trama central está la indiferencia de nuestra comunidad ante la convenenciera política gringa. Donde se mezcla el amor, el odio, la compasión, la crueldad, la justicia, la injusticia. Los buenos y los malos, los nobles y los cínicos.
A la mejor de esa manera cómoda y pasiva sentados en un sofá viendo migrantenovelas se concientiza a la comunidad que no lee ni en inglés ni en español, y cuando escucha y mira es para sentirse mártir.
Para esto, qué tal una telenovela  llamada “Posion the Well”, algo así como “envenenando lo bueno”. Vaya usted a saber cuál sería el final cuando los buenos podrían ser los cínicos y los malos los nobles, eso sí, todos villanos. Sería como la diferencia entre un ciudadano informado y uno enajenado.

rogeliofaz@yahoo.com