domingo, 11 de enero de 2015

Crimen para disfrutar Rogelio Faz/CARTAS DESDE CHICAGO.

Rogelio Faz/ Para estos días de seguro ya tuvo suficiente de “holiday season”. Pero qué tanto es un poquito más.
No cabe duda que el año 2014 ha sido uno de los más sangrientos en la historia moderna. Con una barbarie como si en la sociedad no hubiera existido la civilización. Sin embargo, prevalecen los buenos deseos con el clásico ‘feliz y próspero año nuevo’.
Pero empezamos el nuevo año viendo más sangre. Y no precisamente porque se encontraron más fosas clandestinas en México o por los terroristas fanáticos en Francia.
Resulta que después de los días de asueto, cuando todo era risas, regalos, comida, bebidas, besos y abrazos, muchos, el fin de semana previo a la primera semana laboral del año lo utilizamos para “desestrezarnos” en casa. Y nos sentamos en el sofá favorito junto a la familia para ver televisión. Esperando se cumplieran los buenos deseos que tanto nos cantó con “jingles” el personal que labora en las mismas.
Ya frente al televisor la voz de introducción a la película programada dice: “usted está ‘disfrutando’… (X churro)”. Que puede ser una película doblada del inglés al español, como fue el caso de Telemundo el primero domingo del año.
Pues bien, los buenos deseos consistían en que disfrutáramos películas con extrema violencia. ¡Ah! Pero no eran películas cualesquiera, hubo una donde actuaban artistas norteamericanos junto a mexicanos, y eso es un gran mérito y orgullo. Así que habría que disfrutarlas.
La “paz y felicidad” que nos cantaba el personal de las emisoras días tras día y a cada rato durante un mes con “jingles” para satisfacer a su público. Se transformaron en películas de delincuencia organizada. Los mismos males que se padecieron durante todo el año que se fue.
Películas pobremente con tramas interesantes de acción o suspenso, pues su contenido se centraba en mostrar la maldad extrema con tortura a detalle. Toda una cátedra de la violencia de cínicos y psicópatas. Eso fue el regalo de las televisoras para consentir a su público pueblerino al que obviamente consideran débil de mente. Bueno, tampoco hay que exagerar, también nos regalaron algunas de Cantinflas ya “remasterizadas” o las “chisparatadas” del Chapulín.
Televisoras que utilizan al personal que cuenta con cierta aceptación en el público como son los presentadores de los noticieros, que con sus limitaciones de presupuesto y personal o talento reprimido, cumplen con su trabajo de informar incluido lo malo (al que pueden despedir sin respetarles ningún derecho laboral).
Pero los encargados de medir el gusto del público, interpretan que la prosperidad y felicidad consiste en transmitir violencia desmedida. Bueno, y de nuevo, no hay que ser ingratos; organizan tele maratones para ayudar a la gente con necesidades. Por cierto con artistas súper choteados y con uno que otro nuevo “talento” que “canta” violencia y sexo respaldado con muchas luces y ruidos.
¡Hemos prosperado salpicando sangre por doquier!, con películas de torturados con gritos que piden piedad antes de su muerte lenta bajo la sonrisa burlona de sus verdugos.
Vaya que se sintió la temporada de amor y paz. Gracias televisoras por hacernos pero muy felices con el  mal llamado “solo para adultos” en horario estelar. Cuando de antemano la violencia y la degradación humana no deberían de tener edad para ser observadas como diversión. Acciones que antes chocaban con los sentimientos nobles ahora son parte de un solo disfrute.
Poco faltó para que, a los comunicadores los hicieran cantar: “Jingle bell, jingle bell ‘rock’, jingle bells snorting and jingle bells killing, now the jingle is a hot begun…” O de lo contrario van pa’ fuera.