Hacer un recuento
pormenorizado de los candidatos a gobernador de Guerrero es un ejercicio
soluble en acero. Guerrero vive momentos de excepción. Existen fuerzas oscuras
y otras “bien intencionadas” para sus efectos “revolucionarios” que quieren
impedir la elección; entre estos se cuenta el EPR, y los oscuros, cuya meta es
vender caro su desistimiento “radical” a uno que permita el libre juego
electoral. Si se impiden las elecciones, estaremos en una ruta de retroceso
democrático aunque éste ya sea un
paradigma de la abisal democracia mexicana.
En este choque de
fuerzas, unas que empujan para frenar un derecho histórico ganado a pulso,
otras espolean fuerte para que las elecciones trascurran en la mayor calma y
transparencia. El recién estrenado INE, tiene un aprueba de fuego en Guerrero.
Y el gobierno de ROM, otra prueba para su eficacia, capacidad de diálogo y
negociación, para conducir las elecciones sin meter la mano en la promoción de
candidatos como ha sido una práctica ilegal durante años de los gobernantes
mexicanos.
También abona a los
graves problemas estatales, el tino con el que ROM, generó el desistimiento
para desencarcelar a Nestora Salgado y en esa misma ruta justiciera, debe
seguir la de Marco Antonio Suástegui, líder y vocero del grupo opositor a la
construcción de la presa la Parota. Justicia popular que ya se esperaba desde
hace mucho tiempo y que se había empantanado en el lodo burocrático de la
injusticia mexicana. La libertad de Nestora, no representa gran cosa en el
ánimo político. Es un caso aislado local que se dejó crecer a nivel
nacional. La probable libertad de Suástegui, le bajara de presión a la caldera
suriana, sin embargo, el vapor se ha enrarecido con intromisiones y juegos de
poder que pretenden imponer a candidatos sin perfil y carentes de la
experiencia política para conducir un estado en llamas.
Por el PRI, son cinco y
de esos cinco uno. Mario Moreno Arcos, Héctor Astudillo Flores, Cuauhtémoc Salgado y Manuel Añorve Baños, sin dejar de
lado a Claudia Ruiz Massieu a quién desde esta columna hemos señalado como la
probable candidata de última hora. Y todo parece indicar que dadas las
circunstancias, es una juego electoral a modo para el regreso del tricolor a
Guerrero, si el PRD, llega fracturado, sin embargo, dadas la condiciones del
estado, esto se sabrá el mero día de las elecciones. Moreno Arcos cuenta con
experiencia y ha sido ganador en varias elecciones. Astudillo Flores, es un
político de fuerza y negociador. Añorve Baños tiene pasivos y activos, dicen
los que lo conocen, que más pasivos que activos, Cuauhtémoc anda a la deriva a
la espera de la iluminación “del haber que agarra, ”.
Sin embargo, los del
tricolor, se unen, bajo el techo de la “disciplina partidista”, a menos que
suceda lo mismo que pasó cuando Aguirre Rivero fue sacado de la jugada tricolor
y admitido en las filas por el PRD, llevándolo al triunfo. ¿El fantasma del
cambio de bandera será posible si no llegan las cúpulas tricolores a un
acuerdo? Aunque en corrillos cibernéticos y díceres” de café, el tricolor “ya
tiene candidato·”. Eso se verá en las próximas horas y días.
Por el PRD, van tres
que serán uno: Beatriz Mojica Morga, Sofío Ramírez Hernández, y Armando Ríos
Piter.
Mojica Morga pertenece
a Nueva Mayoría, que ya a anunciado probables alianzas de facto con PMC, PT y PAN; y
está en pláticas con PANAL. Beatriz Mojica ha estado muy activa y sería sano
que una mujer abanderara a su partido. Aunque la misoginia y “machismo” a
ultranza de algunos perredistas, le podrían cerrar los caminos. Sería una buena
candidata, porque para empezar es académica, no tiene cola que le pisen y es
una mujer brillante y trabajadora con estudios en la UNAM, el ITAM y Francia. Y
es poseedora de una lucidez excepcional y despertaría la participación del voto
femenino.
Sofío Ramírez,
miembro distinguido de la cultura del esfuerzo, ha ganado siete elecciones. Es
un hombre a suelo raso, político sistémico e instintivo. Sin mucha presencia
estatal, pero con el apoyo aparente y hasta ahorita de la corriente del ex
gobernador Aguirre Rivero que puede dar el banderazo para cualquiera de los
candidatos en la recta final.
Y Armando Ríos
Piter, el jaguar “despelado”. Cuenta con activos en la cúpula en el poder, pero
está alejado de las base amarilla. Por razonamientos de miembros distinguidos
del PRD, no sería garante de triunfo por la fuga de votos y el apocalipsis
llamado “voto de castigo”. En esa misma ruta va Sebastián de la Rosa Peláez,
que ya pidió licencia para iniciar su precampaña, si lo dejan los ayotzinapos y
la ceteg.
En la joya de
la corona electoral, Acapulco, el PRD, tiene a Evodio Velázquez de Nueva
Mayoría quién se medirá con Ángel Aguirre Herrera, que durante mucho tiempo se
mantuvo tras bambalinas a razón de los hechos de Iguala. Entre estos dos
candidatos, está la aguja para donde apuntará la brújula amarilla ante la
acechanza del PRI y del grupo Figueroa que tiene en Rubén Figueroa Smutny a un
candidato posicionado y empoderado en el puerto.
Al interior del PRD, su
presidente Celestino Cesáreo Guzmán trabaja intensamente para lograr la unidad.
El perredismo conoce a su militancia y sabe que de no lograrse la unidad, el
tricolor se podría colar como Sancho por su casa. De ahí la pertinencia de
contar con una radiografía que las encuestas han modelado, pero lo más
importante el sentir de la gente de a pie. Cesáreo Guzmán recorre la entidad
blindando fugas de su militancia y creando una red mediante la cual alcanzarían
el voto y el triunfo si no se descongelan muchos militantes aztecas y se van a
MORENA que hace agua con un candidato desconocido en Guerrero. Pero que podría
brincar ante una alianza de facto con Movimiento Ciudadano y Morena encabezada
por el empresario y actual presidente de Acapulco, Luis Walton Aburto. Los
perredistas, saben que si se fracturan, podrían perder la gubernatura, no así
diputaciones y presidencias municipales.
En el cielo de
Guerrero, sobrevuela la posibilidad de que surja una candidatura exprés ya sea
de un militante del PRI al PRD, o de una alianza interpartidista debido a las
condiciones del estado y a la partidocracia que no mide las consecuencias
históricas, y con tal de lograr su objetivo de arribar al poder, pasan por
encima de cualquier ordenamiento ético y democrático.
Como fue el caso de
Javier Saldaña Almazán que se auto promovió y se auto descartó. El rector de la
UAG, sólo representó un lapsus de saliva con un macro costo económico para la
Universidad que está siendo auditada. Lo que invirtió Saldaña y sus “asesores” en esa loca precampaña mediática representa
una millonada. ¿De dónde salió ese dinero tirado al caño, o acaso servirá para negociar
una diputación que lo alejará de la UAG y del compromiso de comprobar lo
invertido en su persona?
En la puja por la
gubernatura, han surgido candidatos pescadores que tiran la red a todo lo que
se mueva; el Partido de los Pobres y del Partido Humanista que no han hecho
alharaca festiva y costosa son un ejemplo.
Otra situación extrema
para entender la morfología de las próximas elecciones, sería que desgraciadamente
se impidieran, y de acuerdo a la constitución hubiera desaparición de poderes.
Ese ya sería otro cantar y entonces si, en la anatomía de Guerrero, bien cabría
hacer una cirugía mayor y que sea lo mejor para Guerrero.
Pero eso se decidirá en
los Pinos. Que paradoja.