Este 2015 que comienza,
regresar a Chilpancingo, fue extraño. El miércoles presencié como un grupo de
jóvenes embozados tomaron el modulo del INE de la colonia 20 de noviembre. De
pronto, descubrí una caravana de vehículos, salvo porque los que iban en la
parte trasera de camionetas descubiertas, y en autos no llevaban los temidos
Kalashnikos, ni los mortales RPG, mentalmente me trasladé a una ciudad de
Nicaragua durante la revolución. Me vi en el Salvador, y en una suburbio de Beirut
dado el parecido de los mexicanos con los árabes. Acababan de pintarrajear las
oficinas del INE y después de esa misión se encaminaron a su cuartel general en
el zócalo de la capital de Guerrero.
Y en este mismo año de
grandes bajas humanas y económicas, el presidente de Estados Unidos, Obama, se
reunió con el mandatario mexicano, Enrique Peña Nieto. En esa reunión de
cortesía y de regaño en el que se trataron temas como la reciente incorporación
de Cuba y migrantes y narcotráfico, Obama le hizo mención al mandatario mexicano sobre los hechos de
Iguala, ante la mirada torva del presidente al que no le cayó nada bien el
balde de agua fría en pleno día de Reyes y con temperaturas congelantes en la
mayor parte del continente.
Me enteré también que su
gabinete no camina, y no cambia. Que hay muertos por todas partes y que la
gendarmería bien gracias.
Que en Michoacán se
agarraron a balazos militares y autodefensas del crimen organizado amparados
por el comendador Castillo con un saldo de varios muertos todavía sin precisar
las cifras.
Y en el ámbito
internacional que al grito de Alahu Akmar,
“Alá es grande”, dos fundamentalistas musulmanes penetraron al interior de la
revista Charlie Hebdo en Paris y
asesinaron a 12 periodistas, dibujantes y redactores, hiriendo a otros tantos; acto
de terrorismo fundamentalista considerado por el presidente galo como un hecho
de barbarie y un atentado contra la libertad de expresión. Este crimen contra
Charlie desatará la ofensiva racista en Francia y Europa. Habrá respuesta sobre
los ataques de Israel a escuelas de Beirut, y sobre la retorica libertaria de Francois
Hollande, nacerá un macartismo galo que implica, mayores intervenciones
colonialistas. La islamofobía se recrudecerá expansivamente y el racismo dejará
ver su crueldad en pocos días. ¿Je suis
Charlie, or Je ne suis pa Charlie? Y aquí en el rancho chico, a alguien se
le podría ocurrir traslapar esta semejanza a la cruda situación que vive
Guerrero, México y el mundo: ¿Je suis
Ayotzinapa or Je ne suis pa Ayoptzinapa?
Y en paralelo en este
México mutilado, se murió el símbolo del periodismo mexicano, Julio Scherer García
cerrando una época que los verdaderos periodistas habrán de añorar. Porque a
México, en estos momentos críticos, le hacen falta periodistas con ética, rigor
y claridad como la que encarnó Scherer García. El periodista que falleció a los
88 años, no sólo deja una estela de ejemplaridad y pulcritud periodística, sino
que le permitirá a nuevas generaciones de periodistas, aprender de su rectitud
y entrega, responsabilidad y ética informativa y su ejemplar distancia con el
poder. Quizá por eso al periodista Carlos Marín, le negaron el acceso a los
oficios religiosos en el que sólo estuvo presente la familia cercana al
escritor. La vedete de Milenio, hizo la rabieta acostumbrada, lapsus que fue
ampliamente comentado en las redes sociales.
Y en este drama mexicano,
el precio del crudo se mantendrá todo el 2015 a la baja. Así es que se agarre
VideHigaray de las rocas de Malinalco porque el precio, no sólo ha descendido a
niveles alarmantes, sino como lo aseguran un gran número de expertos, esa será
su ruta durante lo que resta de este año que comienza.
En nuestro país, que
sólo es un decir, el año arranca con una regresión democrática mayúscula:
pobreza, corrupción incontrolable, visos de un narco estado, crímenes como los
de Tlatlaya y Ayotzinapa. Un año que arranca con la protesta callejera urbana y
rural y que amenaza con convertirse en una revuelta social.
Un año de elecciones,
que en Guerrero, están amenazadas si no se logra una solución al conflicto por
los desaparecidos de Ayotzinapa, pero aún más, del hartazgo de una sociedad que
ya no aguanta y sabe que cuenta con una instituto electoral cuyo presupuesto
anual es exorbitante. Mientras la democracia mexicana sea fallida, manipulada,
corrompida y no se corrija, esto se podría poner más feo. Porque la viejas
prácticas se han incrementado y el INE pese a su altísimo costo, no es un
garante de elecciones transparentes y confiables.
En un escenario de
protestas continuas, el gobernador Interino Rogelio Ortega Martínez, se reunió
en Ayutla con organizaciones comunitarias. En una asamblea a la que asistió
poca gente, el mandatario estatal habló con miembros de la CRAC, el Sistema de
Seguridad y Justicia Ciudadana y la OPIM. En esa reunión se comprometió a
llevar una agenda que abata enormes rezagos en materia no sólo de justicia, que
implica el caso de Ayotzinapa, las decenas de muertes y detención de luchadores
sociales, así como implementar proyectos que ayuden a restablecer el famoso
“tejido social”. En esa reunión a la que también asistieron desplazados de otras
regiones, Ortega Martínez se comprometió a “que la justicia social debe de
llegar a la gente, por eso se deben de tener proyectos de desarrollo y
seguridad, de educación y salud…”. En esa misma reunión, convocó a los pueblos
originarios a no perder sus raíces, idioma, vestimenta, música y su cosmovisión
del mundo.
De reojo
Y al desearles lo mejor
para este año simbólico y cruel a todos los lectores del Sol de Chilpancingo y
en especial a los que me leen en la red y que me protestaron en Morelos y el
defectuoso por haber dejado de enviarles las Miradas, les digo que en el micro
universo chilpancinguense es grato encontrar a mi regreso que al ascender por
la calle Vía Láctea, de la colonia Villa Camino Sur, después de cientos de años
de espera, finalmente va a ser pavimentada con concreto esa avenida, que como dicen aquí en el sur, anteriormente estaba
toda “pozuda” y ya la están terminando y que hay un chorro de obras en
Chilpancingo que van lento pero seguro gracias a los buenos oficios del alcalde
Mario Moreno Arcos.