Esta ilustración es de Felicia Olin.
Retrata a una mujer que ha
tenido que extirparse un pecho para sobrevivir, que ha vencido al cáncer, una
mujer con una cicatriz. En su hombro, un cuervo, y en la cabeza, una amapola.
Entre los que creen en la interpretación de los sueños, el cuervo simboliza el
mensajero de un inminente cambio en la vida, y la llegada de la muerte y la
tristeza. La amapola significa el sacrificio que tienes que hacer para alejarte
del pasado y confiar en el futuro.
Me pareció bellísima su
ilustración. Como lo son las siguientes que acompañan este texto. Publicadas en
un libro de 1809, documentan varias cirugía realizadas por el médico japonés
Seishu Hanaoka.
Hanaoka logró extirpar
tumores bajo anestesia general por primera vez en el mundo. Estas ilustraciones
representan la extirpación de un tumor en el pecho a una paciente de 60 años.
Era el 13 de octubre de 1804, cerca de 40 años antes de que se empezara a
utilizar el éter como anestésico en Harvard y, de ahí, en el resto del mundo.
Hanaoka repitió su cirugía muchas veces, un total de 156 intervenciones fueron
a mujeres con cáncer de pecho. Se ganó un primer puesto en la historia de la
anestesia, y su logro fue realmente destacado en tiempos en los que el dolor, y
aguantarlo, se consideraba una virtud.
Hoy, Día Mundial del
Cáncer, los científicos que trabajan para erradicarlo aspiran a que, en un
plazo de entre diez y veinte años, esta dolencia sea una “enfermedad crónica en
todos los casos”, con tratamientos para su control de manera estable. Es una
posibilidad real, no es un sueño.