lunes, 11 de mayo de 2015

Migración de mujeres: el drama de la maternidad transfronteriza Luis Rodríguez-Portal The Exodo

Tucson, Arizona.- Ernestina trabaja como cocinera en un hotel de esta ciudad de Arizona. Tiene 29 años y el corazón “partido” entre México y Estados Unidos. Su hijo mayor, de 10 años, vive en la zona de San Juan de Aragón, al oriente de la capital mexicana donde es cuidado por su abuela y su hija menor, de 4 años, vive con ella en suelo estadunidense.
“Emigre hace cinco años. Ya venía embarazada cuando cruce por el desierto entre Nogales, Sonora y Tucson. Afortunadamente sobreviví a los tres días de andar caminando en el desierto y los coyotes tuvieron algunas consideraciones conmigo. Pero ahora no puedo regresar a México para ver a mi hijo mayor, porque ya no podría regresar a mi empleo y en México no hay oportunidades para alguien que sólo tiene estudios de secundaria. Tampoco me quiero arriesgar a cruzarlo por el desierto”, apuntó.
Ella es parte del fenómeno denominado por algunos especialistas como “maternidad transfronteriza”, que se ha incrementado al mismo ritmo de las más de 2 millones y medio de deportaciones en el gobierno de Barack Obama y el aumento de la migración de mujeres y niños mexicanos  y centroamericanos hacia Estados Unidos.
De acuerdo con el estudio “La Migración Femenina y el Ingreso de México por Remesas” realizado por el Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA) y el Grupo Financiero Banorte de  2007 a 2013 el flujo migratorio de mujeres hacia Estados Unidos se incrementó y pasó de 44.1 por ciento a 47.1 por ciento, esto a pesar de que en ese periodo, el flujo migratorio al país vecino se frenó en el caso de hombres.
Se añade que hasta el 2013, la población total inmigrante de Estados Unidos ascendió a 41 millones 348 mil 066 personas, de las cuales 11 millones 581 mil 977 fueron mexicanos, integrados por 6.1 millones de hombres y 5.4 millones mujeres.
El monto promedio de remesas que envían los mexicanos inmigrantes es de seis mil 230 pesos en el caso de hombres y de cinco mil 391 pesos las que remiten las mujeres, se añade en el estudio.
Asimismo  en 2013 se estima que el país recibió 20 mil 912 millones de pesos por remesas electrónicas, de los cuales 5 mil 700 millones de dólares fueron enviados por mujeres, lo que representó 27.3 por ciento.
Se agrega que la mayoría de las mujeres que trabajan en Estados Unidos y que envían dinero a sus familiares en México, se llaman María, y en el caso de los hombres, el 9.51 por ciento, que es el porcentaje más alto, que remiten dinero a este país, se llaman José.
La investigadora de la Universidad de Arizona, Raquel Rubio Goldsmith dijo a The Exodo que cada vez más mujeres solas y con niños están cruzando la frontera entre México y Estados Unidos sin documentos, por zonas peligrosas como el desierto, lo que también ha detonado el número de muertos.
“Estados Unidos, al militarizar la frontera, al establecer leyes más severas en materia de migración,   rompió el circulo que existía en los flujos migratorios, donde los mexicanos, padres de familia, hermanos iban y venían cada año a trabajar y regresaban a México. Hoy las mujeres y niños están desesperados buscando la reunificación familiar y en ese intento están emigrando y muchos mueren”, apuntó.
La especialista en estudios de la Frontera México-Estados Unidos, dijo que en el fondo “la migración es una actitud bastante revolucionaria de las mujeres y de los niños, ante la necesidad de reencontrarse con sus esposos, padres o hermanos”.
 
Sumado a ello, expuso que la división de las familias a causa de las deportaciones de madres y padres mexicanos  afecta a por lo menos tres millones de niños estadunidenses de origen hispano, lo cual ha originado el fenómeno llamado maternidad transfronteriza, destacan estudios de la organizaciones no gubernamentales estadunidenses.
El aumento de la feminización de la migración en los últimos años, ha generado la transformación de las familias de mujeres que ante la pobreza se ven obligadas a dejar su país de origen, transformando la relación que sostienen con sus hijas e hijos a lo que las y los especialistas llaman “maternidad transnacional”.
Las mujeres constituyen el 47 por ciento de los 40 millones de personas que se desplazan en el mundo ya sea internamente en sus países o en otra nación, sostiene el informe: “Estado de la población mundial 2010″, del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).
Las migrantes dejan a cargo de otra mujer (madre, hermana, hija, tía) el cuidado de su familia y mantienen el ejercicio de su maternidad a distancia a través del envío de dinero y de mantener la comunicación con sus hijas e hijos, señala la doctora Ofelia Becerril Quintana, Profesora e investigadora en Antropología en El Colegio de Michoacán, en México.
La investigadora del Instituto de Infancia y Mundo Urbano (CIIMU), de la Universidad Autónoma de Barcelona, Claudia Pedone, señala que a inicios del siglo XXI, las madres transnacionales latinoamericanas y sus familias empezaron a construir nuevos espacios, expandiendo límites nacionales e improvisando estrategias de maternidad y nuevas pautas de crianza.
En su texto titulado: “La Maternidad Transnacional: Nuevas Estrategias Familiares frente a la Feminización de las Migraciones Latinoamericanas”, señala que la paradoja remite a que las mujeres migrantes dejan su rol de cuidadora de origen, para migrar a cuidar a niñas, niños, ancianos y hogares a cambio de un salario en el “Primer Mundo”.
Claudia Pedone afirma que las mujeres migrantes se han convertido en el primer eslabón de la cadena migratoria llevando a cabo complejos procesos de adaptación en torno al ejercicio de la “maternidad transnacional”, rol cuestionado tanto en los lugares de origen como de destino.

Sumado a ello, en los últimos cinco años la separación familiar como consecuencia de las deportaciones de Estados Unidos a México se ha incrementado, exhibió el Colegio de la Frontera Norte (Colef), ya que están deportado cada vez a más madres de familia mexicanas del vecino país del norte y sus hijos se tienen que quedar por cuestiones académicas y porque son nacidos allá y tienen la residencia.